lunes, 27 de diciembre de 2010

Sanar las emociones: recuperar la salud




Como todos bien sabemos, nuestros estados
emocionales influyen para bien o para mal en
nuestro ánimo y por lo tanto en nuestra salud.

Hay una ciencia llamada
“Psiconeuroinmunología”, la cual se encarga de
estudiar la interrelación entre el sistema
inmunológico las emociones y la psiquis en
general. Como consecuencia cuando alguien está
alterado emocionalmente por atravesar situaciones
difíciles en las cuales hay acumulación de rabias,
frustraciones, desencantos, desilusiones, dolores,
pérdidas, stress, crisis, etc. esto repercute en su
cuerpo, desequilibrándolo y con el tiempo el
mismo genera síntomas y enfermedades.

Los bloqueos que se producen por estas
situaciones vividas, se generan primero en los
cuerpos sutiles o energéticos durante un
período de tiempo medianamente
prolongado (depende el caso). Al cabo de un
corto, mediano o largo plazo, estos bloqueos se
acumulan y cristalizan en el cuerpo físico,
donde allí sí se hace notorio y es recién en este momento
donde la persona consulta al médico.

Lo que sucede es que la consulta al médico, sería el
último paso y no el primero como ocurre
habitualmente, ya que los desajustes se originan a
nivel espiritual. Esto es debido a que dichos
bloqueos no son percibidos en este nivel tan sutil
(espiritual) por lo tanto va pasando el tiempo y la
persona toma conciencia cuando está instalado en
el físico.

Hay que tener en cuenta otro aspecto en este tema y
es acerca del manejo constructivo y destructivo de
los sentimientos, podemos manejar nuestros
sentimientos en forma constructiva (abriéndonos
hacia afuera con sentimientos positivos) o en forma
destructiva (encerrándonos en nosotros mismos en
compañía de pensamientos negativos).

El “miedo” juega aquí un papel preponderante ya
que, he notado a lo largo de mi trabajo, que las
personas temerosas son más vulnerables y
susceptibles de padecer mayor cantidad de
síntomas y/o enfermedades que aquellas que no lo
son. El miedo debilita también el sistema
inmunológico, ya que se encuentra
interrelacionado, porque somos “UN TODO”.

Un punto importante en este tema es que la persona
tome conciencia de sus miedos para poder así
disolverlos, sino entramos en un círculo vicioso
donde perdemos de vista que es aquello con lo cual
debemos trabajar primero.

Muchas personas reprimen sus
emociones o sentimientos por temor
a descontrolarse. Esto hace que aumenten sus
defensas y/o barreras lo que genera que se
vayan apartando cada vez más de sí mismos y
desequilibrándose con facilidad. Es como
comprimir (= reprimir) un gran resorte: cuanto
más se lo reprime, mas poder de “rebote” tiene.

Fingir y mantener la “fachada” como si fuese la realidad, crea mucha
“tensión” es preciso reconocer esa situación y evitarla,
si no llegamos a convencernos “que es el mundo que nos rodea”,
el cual se ha conjurado contra nosotros para provocarnos
nerviosismo y tensión. Y no, es sólo nuestra ficción.

Es lo mismo que aquel que se hace pasar por algo
que no es, debe gastar mucha energía y tensión para
mantener esa fachada, cuando la represión es
grande, la persona naturalmente incurre en
reacciones desproporcionadas y se asusta.

En relación a esto aquellos padres que exigen a sus
hijos la carrera, profesión o actividad que ellos
(como padres) consideran conveniente, a la larga,
si el hijo obedece sumisamente por miedo o
inseguridad a plantearle su punto de vista,
repercutirá en un futuro sí o sí en su estado de salud.

Sanar las emociones: recuperar la salud
Lic. en Psicología Ana María AntonenaUTOPIA AZUL
Tel: (0223) 491-6114
E-mail: amantonena@hotmail.com
www.antonena.com.ar

Lic.
Psicóloga UBA
Talleres
Ensoñación Dirigida
Vidas Pasadas
Armonización
Maestra Reiki
Registros Akashicos

Hay que confiar en el lenguaje simple de los
sentimientos y emociones

Emoción - Provoca
Pérdida Ansiedad
Herida Enojo
Enojo Culpa

Por eso cuando sentimos “Ansiedad” debemos
preguntarnos “¿Qué he perdido o estoy por
perder para estar ansioso?”. ¿Temo perder algo en
el futuro?, ¿Lo estoy perdiendo ahora o lo he
perdido antes?

Fijémonos que con solo recordar una pérdida
pasada podemos recrear un sentimiento de
Ansiedad.

Recordemos que hasta no se acepta la pérdida en
forma total, no se puede resolver el sentimiento
de ansiedad.

Cuando sentimos “Enojo” es porque allí hay una
herida no reconocida por nosotros. Estas heridas
afectan nuestra sensibilidad, nuestra libertad,
nuestra inteligencia, en fin… el modo en que nos
conducimos en la vida.

Cuando sentimos “Culpa” es consecuencia al
enojo provocado por no haber sabido controlar la
situación o permitir que otro nos controle.

Los lugares de sombra o partes oscuras de
nosotros mismos (conflictos no resueltos) son los
que se van a mostrar tarde o temprano en el
cuerpo y por lo tanto en el estado de salud y/o
enfermedad.

Las enfermedades respiratorias obedecen a
situaciones de ahogo producidas por conflictos
familiares o personales lo cual el enfermo trata de
tomar el aire jadea y la espiración queda muy
dificultada.

Las personas con problemas intestinales nos
hablan de inconvenientes a la hora de soltar o
retener alguna cuestión interna.

Las afecciones de la piel como enfermedad
psicosomática nos muestran dificultades en la
espontaneidad de manifestar las emociones en el
momento preciso.

Como vemos este tema es muy profundo y a la
vez muy basto, por lo tanto hay que tener en
cuenta entre otras cosas que el exceso de
ansiedad y desequilibrios generan todo tipo de
adicciones: a la comida, a la bebida, a los
psicofármacos, al sexo, al juego, al trabajo, al
tabaco, relaciones patológicas, drogas leales e
ilegales, etc. etc.

A modo de resumen, los sentimientos, las
emociones y todo aquello que internamente nos
afecte, se muestra también en el “afuera” en
nuestro cuerpo o como dicen los hindúes el
“Templo del alma”.

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