Reiki es una palabra japonesa que significa energía vital universal; en la actualidad, esa palabra se está utilizando para identificar el Sistema Usui de Curación Natural (Usui Shiki Ryoho), nombre dado en homenaje a su descubridor, Mikao Usui. Reí significa universal y se refiere a la parte espiritual, a la esencia energética cósmica, que interpenetra todas las cosas y circunda todos los lugares. Ki es la energía vital individual que rodea nuestros cuerpos, manteniéndolos vivos, y está presente, fluyendo, en todos los organismos vivos; cuando la energía Ki sale de un cuerpo, ese cuerpo deja de tener vida. El Reiki es un proceso de encuentro de esas dos energías: la energía universal con nuestra porción física, y ocurre después de que la persona es sometida a un proceso de sintonización o iniciación en el método, hecho por un maestro capacitado. El Reiki es una energía semejante a ondas de radio, y puede ser aplicada con eficacia, tanto localmente como a distancia; no es como la electricidad, no produce cortocircuitos, no destruye los nervios ni los tejidos más frágiles. Es una energía inofensiva, sin efectos secundarios, sin contraindicaciones, compatible con cualquier tipo de terapia o tratamiento. Es práctica, segura y eficiente, y, por medio de la técnica, equilibra los siete chakras o centros de fuerza sutil de energía, localizados entre la base de la columna y la parte superior de la cabeza. Cuando hacemos uso de la energía Reiki estamos aplicando energía-luz, tratando de recuperar y mantener la salud física, la mental, la emocional y la espiritual; es un método natural de equilibrar, restaurar, perfeccionar y curar los cuerpos, creándole un estado de armonía al ser.
Mikao Usui
El Reiki se encuentra al alcance de todos, inclusive de los niños, ancianos y
enfermos. Todos podemos ser un canal de Reiki; no existe límite de edad, ni exige
ninguna condición previa.
El entrenamiento de la técnica no dura mucho, y cada nivel puede enseñarse
en seminarios de un solo día.
La técnica es segura, sin efectos secundarios ni contraindicaciones, siendo
compatible con cualquier otro tipo de terapia o tratamiento.
No es un sistema religioso o filosófico que proponga restricciones ni tabúes.
No utiliza talismanes, rezos, mentalizaciones, visualizaciones, fe, ni ningún objeto,
para su aplicación práctica.
Esta técnica no queda obsoleta; sigue siendo la misma desde hace millares de
años.
Tras la sintonización energética que ocurre durante el seminario, usted podrá
aplicar Reiki, inmediatamente, durante el resto de su vida, a pesar de que deje de
practicarlo durante un largo periodo; y no existe la necesidad de una nueva
activación para el mismo nivel.
La energía no está polarizada, no tiene positivo ni negativo (yin y yang).
El Reiki es semejante a una onda de radio, y puede aplicarse adecuadamente
en el mismo lugar o a distancia.
Está por encima del tiempo y el espacio, permitiendo de esta forma
reprogramar acontecimientos pasados y coordinar acontecimientos futuros.
La energía no es manipulativa; el practicante coloca simplemente las manos
y la energía fluye en la intensidad y en la calidad determinada por quien la recibe.
No es necesario desnudar al paciente durante la aplicación, pues la energía
penetra a través de cualquier cosa.
El terapeuta no necesita conocer el diagnóstico de la patología para efectuar
con éxito el tratamiento.
El Reiki energiza y no desgasta al practicante, pues la técnica no utiliza el
“Chi” o “Ki” del practicante, y sí la Energía Vital del Universo.
El Reiki es un recurso óptimo para equilibrar los siete chakras principales,
que están localizados desde la base de la columna a la parte superior de la cabeza.
El Reiki alivia rápidamente los dolores físicos.
Considera a la persona de forma holística, en los cuerpos físico, emocional,
mental y espiritual, no teniendo en cuenta solamente la supresión de la patología,
sino devolverla a un estado natural y deseable de bienestar y felicidad. La práctica
Reiki está incorporada al contexto de las prácticas terapéuticas alternativas
reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (O.M.S).
Puede utilizarse tanto en el tratamiento de uno mismo, como en el
tratamiento de otras personas, plantas y animales.
Desde los tiempos de las medicinas china, tibetana e india, e incluso desde la época de los alquimistas medievales, existen técnicas milenarias que nos enseñan que la materia, efectivamente, se transforma y puede ser moldeada con la intervención de una energía mayor. La energía es energía; no existe energía mala; solamente existe energía bien o mal dirigida. En una persona sana, la energía atraviesa libremente por nuestro cuerpo físico, fluyendo por “caminos”: chakras, meridianos energéticos y nadis. También rodea al campo energético, al cual denominamos aura. Esa fuerza energética nutre nuestros órganos y células, y regula las funciones vitales; cuando se bloquea esa energía y se interrumpe la circulación de esa energía, ocurre una disfunción en los órganos y tejidos de nuestro cuerpo. En virtud de excesos físicos, emocionales, mentales y espirituales, liberamos energías, y esas liberaciones generan “nudos energéticos” o “bloqueos energéticos” que interrumpen o impiden el flujo normal de la energía vital, originando una disfunción en los órganos y tejidos del cuerpo, lo que, en consecuencia, causa la enfermedad, en razón del funcionamiento deficiente o el mal funcionamiento de los órganos y de las glándulas. La técnica Reiki utiliza la energía total, de la cual está constituido todo el universo; es esa energía original de todo y de todos los seres la que captamos y canalizamos tras la iniciación (sintonización) y activación de los centros energéticos (chakras). Después de estar sintonizados, pasamos a ser canales de esta energía cósmica, pudiendo así dirigirla colocando las manos sobre la zona afectada. Las manos emiten vibraciones que disuelven los nudos perjudiciales. De este modo, llegamos a intervenir efectivamente en la materia, en otros campos de energía y en la conciencia, lo que conduce a un estado natural de bienestar, plenitud, armonía y equilibrio. El Reiki cura al pasar a través de la parte afectada de nuestro campo energético, elevando el nivel vibratorio dentro y fuera de nuestro cuerpo físico, donde se alojan sentimientos y pensamientos en forma de nódulos energéticos, que actúan como barreras para nuestro flujo normal de energía vital; son muchos los que conviven con esas barreras a lo largo de toda una vida, reduciendo al mínimo su calidad de vida. En una sesión de Reiki, la cantidad de energía recibida por el paciente está determinada por el propio paciente, toda vez que el terapeuta reikiano se limita a dirigir la energía y el proveedor (el Cosmos) la entrega de forma ilimitada.
Éstos fueron los principios dejados por el doctor Mikao Usui para que fueran transmitidos a lo largo del tiempo:
Principios del doctor Mikao Usui
1. En el día de hoy, no sienta rabia ni se ponga de mal humor.
2. En el día de hoy, abandone sus preocupaciones.
3. En el día de hoy, agradezca sus bendiciones, respete a sus padres, maestros y a los más ancianos.
4. En el día de hoy, haga su trabajo honradamente.
5. En el día de hoy, muestre amor y respeto y sea gentil con todos los seres vivos.
La palabra chakra es sánscrita y significa “rueda”. En Oriente, donde los chakras se conocen desde la antigüedad, les dan nombres exóticos. Encontramos una vasta literatura al respecto de teorías orientales que son, en verdad, la base del trabajo científico de investigadores occidentales y de terapeutas. Como el Reiki trabaja, principalmente, sobre el cuerpo energético, es muy importante conocer esos trabajos. Los chakras son centros energéticos coloridos y redondos responsables por el flujo energético en el cuerpo. Tienen como función principal absorber la energía universal, metabolizarla, alimentar nuestra aura y, finalmente, emitir energía al exterior. En Occidente los chakras son visualizados como remolinos de energía, pequeños conos (embudos) de energía giratoria, que funcionan como vehículos de energía o zonas de conexión de energía, y que unen el cuerpo físico al energético, funcionando como una especie de aparato de captación y expulsión, cuyos vórtices giratorios permanecen en constante movimiento y tienen, en el ser humano normal, un diámetro de 5 a 10 centímetros. Los chakras son responsables de innumerables acciones complejas en el cuerpo humano. A través de los chakras perdemos energía cuando estamos ante un sufrimiento físico y emocional, pues cada chakra es un punto colector de una determinada zona de conflicto y desarrollo. El funcionamiento perfecto de los chakras es sinónimo de salud perfecta, pero la apertura de todos a todos los niveles es sinónimo de evolución; es lo que los maestros denominan la iluminación. Existen innumerables técnicas de apertura de los chakras; entre ellas, el Reiki tiene la ventaja de ser una técnica suave.
El tamaño de los chakras depende del desenvolvimiento espiritual y de las vibraciones que emitimos; son amplios, brillantes y translúcidos, alcanzando 20 centímetros de diámetro en las personas espiritualmente desarrolladas; en las personas más materialistas, de vibraciones más bajas o primitivas, se presentan en colores más oscuros, opacos y con diámetro reducido. En el primer caso, canalizan mayor cantidad de energía vital, facilitando el desenvolvimiento de las facultades psíquicas. Cada chakra tiene un color relacionado con su aura correspondiente, que deriva de la frecuencia de vibración del mismo chakra; cada uno vibra con un sonido o mantra que corresponde a una nota musical, y también se relaciona con un elemento natural (fuego, aire, agua y tierra). En la representación oriental los chakras se ven como un número variable de pétalos; como si fuesen flores, en función de la complejidad de cada uno. Resumiendo, cada chakra tiene su función y significado, y está ligado a determinados órganos que desempeñan funciones específicas en el plano emocional, psíquico y espiritual.
Los bloqueos energéticos, verdaderos nudos energéticos generados por
sentimientos negativos, se fijan primeramente, y con bastante intensidad, en los
chakras, produciendo el “atascamiento” de los mismos, provocando que las
energías no fluyan, y sacándonos así del estado de armonía. Los chakras
congestionados no pueden irradiar la energía de forma correcta, forzándose a una
actividad exagerada para el mantenimiento de las energías a niveles satisfactorios.
A través de técnicas diversas, entre ellas el Reiki, podemos disolver esas
estructuras emocionales negativas.
Zona de la cabeza
Zona de delante
Zona de la espalda
Zona de los pies
En los pies tenemos los puntos reflejos que están conectados con otras zonas y órganos del cuerpo, que, al ser irradiados por el Reiki, desbloquean los canales eléctricos de unión, facilitando el fluir de la energía.
La acción de la energía vital del universo, a través de la frecuencia más alta de vibración, disuelve esos bloqueos cuando el Reiki recorre los meridianos, los canales eléctricos, los nadis y los chakras, permitiendo la liberación y armonización de los chakras de manera gradual y uniforme. Durante el proceso de limpieza energética, las energías bloqueadas eliminadas vuelven a nuestra mente consciente, provocando que regresemos a la escena donde vivenciamos la situación desagradable que generó tal bloqueo (resentimiento, rencor, celos, rabia, etcétera). Muchas veces incluso se pueden manifestar como síntomas de la disolución, enfermedades físicas a las que no se les destruyó su molde energético totalmente. Durante ese periodo podemos tener la impresión de que nuestra situación empeoró. Con la intensificación de la aplicación del Reiki convertiremos este periodo en algo menos traumático, acordándonos siempre de que algunas liberaciones son más lentas que otras, y, de este modo, nos liberamos definitivamente de esas disfunciones.
Los símbolos son la esencia del Reiki, son sagrados y extremadamente poderosos. Se componen de la unión de mantras (sonidos energéticos) y yantras (dibujos energéticos). Pueden considerarse como botones o interruptores que, cuando se accionan, se obtienen, automáticamente, resultados específicos. Los símbolos representan la energía; son una puerta, un acceso hacia los diferentes niveles de energía de curación. Los símbolos funcionan automáticamente, no siendo necesario que la persona esté en estado meditativo. Mediante su utilización, la mente comienza a operar en otras dimensiones, aun cuando su cuerpo físico permanezca aparentemente normal. Funcionan como verdaderos satélites que captan señales y las retransmiten reforzadas. Los símbolos del Reiki son instrumentos vibratorios para la captación, intercesión y restauración de la energía primordial cósmica. Son poderosos recursos auxiliares para la curación, permitiendo la conducción y ampliación de la energía, que puede llegar a ser transmitida fuera del tiempo y del espacio de esta dimensión, pasa a limpiar energéticamente a personas, lugares y objetos, conduciendo a importantes aperturas en los procesos inconscientes y a una mayor vislumbre de nuestras capacidades físicas y extrasensoriales. todos correctamente. Sin la sintonización realizada por un maestro capacitado, los símbolos no funcionan; Este precepto primordial garantiza la inalterabilidad del proceso y de los consecuentes resultados, garantizando al terapeuta y al paciente la certeza de los efectos y la confiabilidad de la propia técnica Reiki. Si alguien pretende usar el Reiki con finalidad no positiva, no va a tener éxito, se trata de la energía de la fuerza vital universal, que está a nuestro alrededor, y es una energía de mucha luz.
Los pensamientos pueden considerarse como cuerpos vivos, cuya formación se lleva a cabo mediante la combinación activa de la materia astral con la fuerza mental del hombre. Los pensamientos son los que atraen y crean lo que nos sucede. Afirmar significa “volver firme”. Las afirmaciones tienen que ser siempre positivas, pues el subconsciente es muy directo, sin estrategia ni designios. Declare sus deseos en forma positiva, como: “Me gusta mi profesión, deseo siempre lo mejor para mí”. Hacer una afirmación es como plantar una semilla; ella no se transforma en un árbol en sólo una noche, o en una semana. Tenga paciencia consigo mismo. Su subconsciente es como un ordenador que puede ser reprogramado.
• Usted tiene salud en su cuerpo físico y equilibrio en su mente.
• A partir de ahora comienza a sentir su cuerpo perfectamente bien.
• Su (mi) salud es perfecta, y todo su (mi) cuerpo y sus (mis) órganos funcionan muy bien.
• En el plano sexual de la vida, su desempeño es satisfactorio y compensador, suceda lo que suceda.
• Su inteligencia es maravillosa; usted siempre tiene pensamientos e ideas maravillosas.
• A partir de hoy, usted dormirá en paz, tendrá el sueño tranquilo y, al despertarse, sentirá alegría, buena disposición y tendrá un día perfecto y feliz.
• Usted es una persona inteligente y capaz.
• Usted es feliz, saludable, alegre y tranquilo.
• Usted está en paz consigo mismo y se acepta tal y como es.
• Usted tiene el peso ideal, sin dietas; tiene una imagen de salud, belleza y
armonía.
• Su razonamiento es rápido, y su memoria es excelente; ambos operan sólo
con ideas y pensamientos positivos.
• Usted tiene el mando positivo de su mente.
• A partir de hoy, y para toda la eternidad, usted mismo hace su felicidad.
• Cada día, en cada aspecto, usted se está volviendo cada vez mejor.
• Usted consigue mantener la cabeza constantemente ocupada con
pensamientos siempre positivos.
• Todo lo que usted piensa de bueno sucede, y cada día que pasa se siente
cada vez más feliz.
• Usted está en armonía consigo mismo, con todas las personas y con todo
el universo.
• Todo lo que desea de bueno, llega a usted con mucha facilidad.
• Usted tiene un futuro maravilloso.
• Usted resuelve todos los problemas, los ve con naturalidad y consigue
siempre buenas soluciones.
• Usted está evolucionando cada vez más.
• Su cuerpo, su mente y su vida material están en perfecta armonía.
• Usted es cada vez más osado; siempre ve en el horizonte la llama de la
victoria brillando intensamente.
• Usted tiene suerte a cada instante, todos los días; porque Dios está con
usted.
• Usted siempre consigue todo lo que quiere de bueno; todas las riquezas
del universo están a su disposición.
• Usted tiene una casa limpia, confortable y bonita; y en ella mora la paz, la
prosperidad y el amor.
La curación a distancia no solicitada es una invasión de la privacidad; es
siempre aconsejable obtener el permiso y consentimiento de la persona hacia quien
se pretende enviar el Reiki a distancia. Debemos respetar la voluntad ajena y el
libre albedrío de la persona receptora; imponer a alguien una curación no deseada
es totalmente contrario a la ética terapéutica. La persona tiene derecho a mantener
su malestar, si así lo prefiere.
Esta técnica crea un vínculo de conexión con la persona a quien se hace la
curación. Sucede una conexión o alineamiento con todos los niveles, inclusive los
superiores. La energía se irradiará del séptimo al primer nivel energético y, por esa
razón, es importante permanecer conscientes ante la experiencia y observar lo que
ocurre. En algunos casos es importante combinar la hora más adecuada para la
energización; algunas personas acostumbran a quedar somnolientas e incluso
dormirse; sufrir cierta pérdida de reflejos y coordinación motora; sentir calor,
escalofríos y presión en la cabeza, aunque sea momentáneamente; dependiendo de
la actividad que estuviera ejerciendo la persona en aquel momento, estos factores
podrán presentar riesgos. Ejemplos: como en el caso de estar conduciendo un coche
de Fórmula 1, un avión o, incluso, en caso de tratarse de un médico cirujano...
Cualquiera que sea la técnica de curación a distancia, el ideal es encontrar un
ambiente tranquilo donde nadie nos pueda interrumpir. Cierre la puerta, desconecte
el teléfono, atenúe la luz. Una buena opción es encender una vela (elemento fuego)
para tener una suave claridad. Debemos sentamos cómodamente, con las piernas y
brazos no cruzados.
En la curación a distancia, el tratamiento sucede
primero en el aura, para después acontecer en el cuerpo físico.
Mikao Usui
El Reiki se encuentra al alcance de todos, inclusive de los niños, ancianos y
enfermos. Todos podemos ser un canal de Reiki; no existe límite de edad, ni exige
ninguna condición previa.
El entrenamiento de la técnica no dura mucho, y cada nivel puede enseñarse
en seminarios de un solo día.
La técnica es segura, sin efectos secundarios ni contraindicaciones, siendo
compatible con cualquier otro tipo de terapia o tratamiento.
No es un sistema religioso o filosófico que proponga restricciones ni tabúes.
No utiliza talismanes, rezos, mentalizaciones, visualizaciones, fe, ni ningún objeto,
para su aplicación práctica.
Esta técnica no queda obsoleta; sigue siendo la misma desde hace millares de
años.
Tras la sintonización energética que ocurre durante el seminario, usted podrá
aplicar Reiki, inmediatamente, durante el resto de su vida, a pesar de que deje de
practicarlo durante un largo periodo; y no existe la necesidad de una nueva
activación para el mismo nivel.
La energía no está polarizada, no tiene positivo ni negativo (yin y yang).
El Reiki es semejante a una onda de radio, y puede aplicarse adecuadamente
en el mismo lugar o a distancia.
Está por encima del tiempo y el espacio, permitiendo de esta forma
reprogramar acontecimientos pasados y coordinar acontecimientos futuros.
La energía no es manipulativa; el practicante coloca simplemente las manos
y la energía fluye en la intensidad y en la calidad determinada por quien la recibe.
No es necesario desnudar al paciente durante la aplicación, pues la energía
penetra a través de cualquier cosa.
El terapeuta no necesita conocer el diagnóstico de la patología para efectuar
con éxito el tratamiento.
El Reiki energiza y no desgasta al practicante, pues la técnica no utiliza el
“Chi” o “Ki” del practicante, y sí la Energía Vital del Universo.
El Reiki es un recurso óptimo para equilibrar los siete chakras principales,
que están localizados desde la base de la columna a la parte superior de la cabeza.
El Reiki alivia rápidamente los dolores físicos.
Considera a la persona de forma holística, en los cuerpos físico, emocional,
mental y espiritual, no teniendo en cuenta solamente la supresión de la patología,
sino devolverla a un estado natural y deseable de bienestar y felicidad. La práctica
Reiki está incorporada al contexto de las prácticas terapéuticas alternativas
reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (O.M.S).
Puede utilizarse tanto en el tratamiento de uno mismo, como en el
tratamiento de otras personas, plantas y animales.
Desde los tiempos de las medicinas china, tibetana e india, e incluso desde la época de los alquimistas medievales, existen técnicas milenarias que nos enseñan que la materia, efectivamente, se transforma y puede ser moldeada con la intervención de una energía mayor. La energía es energía; no existe energía mala; solamente existe energía bien o mal dirigida. En una persona sana, la energía atraviesa libremente por nuestro cuerpo físico, fluyendo por “caminos”: chakras, meridianos energéticos y nadis. También rodea al campo energético, al cual denominamos aura. Esa fuerza energética nutre nuestros órganos y células, y regula las funciones vitales; cuando se bloquea esa energía y se interrumpe la circulación de esa energía, ocurre una disfunción en los órganos y tejidos de nuestro cuerpo. En virtud de excesos físicos, emocionales, mentales y espirituales, liberamos energías, y esas liberaciones generan “nudos energéticos” o “bloqueos energéticos” que interrumpen o impiden el flujo normal de la energía vital, originando una disfunción en los órganos y tejidos del cuerpo, lo que, en consecuencia, causa la enfermedad, en razón del funcionamiento deficiente o el mal funcionamiento de los órganos y de las glándulas. La técnica Reiki utiliza la energía total, de la cual está constituido todo el universo; es esa energía original de todo y de todos los seres la que captamos y canalizamos tras la iniciación (sintonización) y activación de los centros energéticos (chakras). Después de estar sintonizados, pasamos a ser canales de esta energía cósmica, pudiendo así dirigirla colocando las manos sobre la zona afectada. Las manos emiten vibraciones que disuelven los nudos perjudiciales. De este modo, llegamos a intervenir efectivamente en la materia, en otros campos de energía y en la conciencia, lo que conduce a un estado natural de bienestar, plenitud, armonía y equilibrio. El Reiki cura al pasar a través de la parte afectada de nuestro campo energético, elevando el nivel vibratorio dentro y fuera de nuestro cuerpo físico, donde se alojan sentimientos y pensamientos en forma de nódulos energéticos, que actúan como barreras para nuestro flujo normal de energía vital; son muchos los que conviven con esas barreras a lo largo de toda una vida, reduciendo al mínimo su calidad de vida. En una sesión de Reiki, la cantidad de energía recibida por el paciente está determinada por el propio paciente, toda vez que el terapeuta reikiano se limita a dirigir la energía y el proveedor (el Cosmos) la entrega de forma ilimitada.
Éstos fueron los principios dejados por el doctor Mikao Usui para que fueran transmitidos a lo largo del tiempo:
Principios del doctor Mikao Usui
1. En el día de hoy, no sienta rabia ni se ponga de mal humor.
2. En el día de hoy, abandone sus preocupaciones.
3. En el día de hoy, agradezca sus bendiciones, respete a sus padres, maestros y a los más ancianos.
4. En el día de hoy, haga su trabajo honradamente.
5. En el día de hoy, muestre amor y respeto y sea gentil con todos los seres vivos.
La palabra chakra es sánscrita y significa “rueda”. En Oriente, donde los chakras se conocen desde la antigüedad, les dan nombres exóticos. Encontramos una vasta literatura al respecto de teorías orientales que son, en verdad, la base del trabajo científico de investigadores occidentales y de terapeutas. Como el Reiki trabaja, principalmente, sobre el cuerpo energético, es muy importante conocer esos trabajos. Los chakras son centros energéticos coloridos y redondos responsables por el flujo energético en el cuerpo. Tienen como función principal absorber la energía universal, metabolizarla, alimentar nuestra aura y, finalmente, emitir energía al exterior. En Occidente los chakras son visualizados como remolinos de energía, pequeños conos (embudos) de energía giratoria, que funcionan como vehículos de energía o zonas de conexión de energía, y que unen el cuerpo físico al energético, funcionando como una especie de aparato de captación y expulsión, cuyos vórtices giratorios permanecen en constante movimiento y tienen, en el ser humano normal, un diámetro de 5 a 10 centímetros. Los chakras son responsables de innumerables acciones complejas en el cuerpo humano. A través de los chakras perdemos energía cuando estamos ante un sufrimiento físico y emocional, pues cada chakra es un punto colector de una determinada zona de conflicto y desarrollo. El funcionamiento perfecto de los chakras es sinónimo de salud perfecta, pero la apertura de todos a todos los niveles es sinónimo de evolución; es lo que los maestros denominan la iluminación. Existen innumerables técnicas de apertura de los chakras; entre ellas, el Reiki tiene la ventaja de ser una técnica suave.
El tamaño de los chakras depende del desenvolvimiento espiritual y de las vibraciones que emitimos; son amplios, brillantes y translúcidos, alcanzando 20 centímetros de diámetro en las personas espiritualmente desarrolladas; en las personas más materialistas, de vibraciones más bajas o primitivas, se presentan en colores más oscuros, opacos y con diámetro reducido. En el primer caso, canalizan mayor cantidad de energía vital, facilitando el desenvolvimiento de las facultades psíquicas. Cada chakra tiene un color relacionado con su aura correspondiente, que deriva de la frecuencia de vibración del mismo chakra; cada uno vibra con un sonido o mantra que corresponde a una nota musical, y también se relaciona con un elemento natural (fuego, aire, agua y tierra). En la representación oriental los chakras se ven como un número variable de pétalos; como si fuesen flores, en función de la complejidad de cada uno. Resumiendo, cada chakra tiene su función y significado, y está ligado a determinados órganos que desempeñan funciones específicas en el plano emocional, psíquico y espiritual.
Los bloqueos energéticos, verdaderos nudos energéticos generados por
sentimientos negativos, se fijan primeramente, y con bastante intensidad, en los
chakras, produciendo el “atascamiento” de los mismos, provocando que las
energías no fluyan, y sacándonos así del estado de armonía. Los chakras
congestionados no pueden irradiar la energía de forma correcta, forzándose a una
actividad exagerada para el mantenimiento de las energías a niveles satisfactorios.
A través de técnicas diversas, entre ellas el Reiki, podemos disolver esas
estructuras emocionales negativas.
Zona de la cabeza
Zona de delante
Zona de la espalda
Zona de los pies
En los pies tenemos los puntos reflejos que están conectados con otras zonas y órganos del cuerpo, que, al ser irradiados por el Reiki, desbloquean los canales eléctricos de unión, facilitando el fluir de la energía.
La acción de la energía vital del universo, a través de la frecuencia más alta de vibración, disuelve esos bloqueos cuando el Reiki recorre los meridianos, los canales eléctricos, los nadis y los chakras, permitiendo la liberación y armonización de los chakras de manera gradual y uniforme. Durante el proceso de limpieza energética, las energías bloqueadas eliminadas vuelven a nuestra mente consciente, provocando que regresemos a la escena donde vivenciamos la situación desagradable que generó tal bloqueo (resentimiento, rencor, celos, rabia, etcétera). Muchas veces incluso se pueden manifestar como síntomas de la disolución, enfermedades físicas a las que no se les destruyó su molde energético totalmente. Durante ese periodo podemos tener la impresión de que nuestra situación empeoró. Con la intensificación de la aplicación del Reiki convertiremos este periodo en algo menos traumático, acordándonos siempre de que algunas liberaciones son más lentas que otras, y, de este modo, nos liberamos definitivamente de esas disfunciones.
Los símbolos son la esencia del Reiki, son sagrados y extremadamente poderosos. Se componen de la unión de mantras (sonidos energéticos) y yantras (dibujos energéticos). Pueden considerarse como botones o interruptores que, cuando se accionan, se obtienen, automáticamente, resultados específicos. Los símbolos representan la energía; son una puerta, un acceso hacia los diferentes niveles de energía de curación. Los símbolos funcionan automáticamente, no siendo necesario que la persona esté en estado meditativo. Mediante su utilización, la mente comienza a operar en otras dimensiones, aun cuando su cuerpo físico permanezca aparentemente normal. Funcionan como verdaderos satélites que captan señales y las retransmiten reforzadas. Los símbolos del Reiki son instrumentos vibratorios para la captación, intercesión y restauración de la energía primordial cósmica. Son poderosos recursos auxiliares para la curación, permitiendo la conducción y ampliación de la energía, que puede llegar a ser transmitida fuera del tiempo y del espacio de esta dimensión, pasa a limpiar energéticamente a personas, lugares y objetos, conduciendo a importantes aperturas en los procesos inconscientes y a una mayor vislumbre de nuestras capacidades físicas y extrasensoriales. todos correctamente. Sin la sintonización realizada por un maestro capacitado, los símbolos no funcionan; Este precepto primordial garantiza la inalterabilidad del proceso y de los consecuentes resultados, garantizando al terapeuta y al paciente la certeza de los efectos y la confiabilidad de la propia técnica Reiki. Si alguien pretende usar el Reiki con finalidad no positiva, no va a tener éxito, se trata de la energía de la fuerza vital universal, que está a nuestro alrededor, y es una energía de mucha luz.
Los pensamientos pueden considerarse como cuerpos vivos, cuya formación se lleva a cabo mediante la combinación activa de la materia astral con la fuerza mental del hombre. Los pensamientos son los que atraen y crean lo que nos sucede. Afirmar significa “volver firme”. Las afirmaciones tienen que ser siempre positivas, pues el subconsciente es muy directo, sin estrategia ni designios. Declare sus deseos en forma positiva, como: “Me gusta mi profesión, deseo siempre lo mejor para mí”. Hacer una afirmación es como plantar una semilla; ella no se transforma en un árbol en sólo una noche, o en una semana. Tenga paciencia consigo mismo. Su subconsciente es como un ordenador que puede ser reprogramado.
• Usted tiene salud en su cuerpo físico y equilibrio en su mente.
• A partir de ahora comienza a sentir su cuerpo perfectamente bien.
• Su (mi) salud es perfecta, y todo su (mi) cuerpo y sus (mis) órganos funcionan muy bien.
• En el plano sexual de la vida, su desempeño es satisfactorio y compensador, suceda lo que suceda.
• Su inteligencia es maravillosa; usted siempre tiene pensamientos e ideas maravillosas.
• A partir de hoy, usted dormirá en paz, tendrá el sueño tranquilo y, al despertarse, sentirá alegría, buena disposición y tendrá un día perfecto y feliz.
• Usted es una persona inteligente y capaz.
• Usted es feliz, saludable, alegre y tranquilo.
• Usted está en paz consigo mismo y se acepta tal y como es.
• Usted tiene el peso ideal, sin dietas; tiene una imagen de salud, belleza y
armonía.
• Su razonamiento es rápido, y su memoria es excelente; ambos operan sólo
con ideas y pensamientos positivos.
• Usted tiene el mando positivo de su mente.
• A partir de hoy, y para toda la eternidad, usted mismo hace su felicidad.
• Cada día, en cada aspecto, usted se está volviendo cada vez mejor.
• Usted consigue mantener la cabeza constantemente ocupada con
pensamientos siempre positivos.
• Todo lo que usted piensa de bueno sucede, y cada día que pasa se siente
cada vez más feliz.
• Usted está en armonía consigo mismo, con todas las personas y con todo
el universo.
• Todo lo que desea de bueno, llega a usted con mucha facilidad.
• Usted tiene un futuro maravilloso.
• Usted resuelve todos los problemas, los ve con naturalidad y consigue
siempre buenas soluciones.
• Usted está evolucionando cada vez más.
• Su cuerpo, su mente y su vida material están en perfecta armonía.
• Usted es cada vez más osado; siempre ve en el horizonte la llama de la
victoria brillando intensamente.
• Usted tiene suerte a cada instante, todos los días; porque Dios está con
usted.
• Usted siempre consigue todo lo que quiere de bueno; todas las riquezas
del universo están a su disposición.
• Usted tiene una casa limpia, confortable y bonita; y en ella mora la paz, la
prosperidad y el amor.
La curación a distancia no solicitada es una invasión de la privacidad; es
siempre aconsejable obtener el permiso y consentimiento de la persona hacia quien
se pretende enviar el Reiki a distancia. Debemos respetar la voluntad ajena y el
libre albedrío de la persona receptora; imponer a alguien una curación no deseada
es totalmente contrario a la ética terapéutica. La persona tiene derecho a mantener
su malestar, si así lo prefiere.
Esta técnica crea un vínculo de conexión con la persona a quien se hace la
curación. Sucede una conexión o alineamiento con todos los niveles, inclusive los
superiores. La energía se irradiará del séptimo al primer nivel energético y, por esa
razón, es importante permanecer conscientes ante la experiencia y observar lo que
ocurre. En algunos casos es importante combinar la hora más adecuada para la
energización; algunas personas acostumbran a quedar somnolientas e incluso
dormirse; sufrir cierta pérdida de reflejos y coordinación motora; sentir calor,
escalofríos y presión en la cabeza, aunque sea momentáneamente; dependiendo de
la actividad que estuviera ejerciendo la persona en aquel momento, estos factores
podrán presentar riesgos. Ejemplos: como en el caso de estar conduciendo un coche
de Fórmula 1, un avión o, incluso, en caso de tratarse de un médico cirujano...
Cualquiera que sea la técnica de curación a distancia, el ideal es encontrar un
ambiente tranquilo donde nadie nos pueda interrumpir. Cierre la puerta, desconecte
el teléfono, atenúe la luz. Una buena opción es encender una vela (elemento fuego)
para tener una suave claridad. Debemos sentamos cómodamente, con las piernas y
brazos no cruzados.
En la curación a distancia, el tratamiento sucede
primero en el aura, para después acontecer en el cuerpo físico.
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