viernes, 31 de julio de 2009

FACTORES PSICOESPIRITUALES QUE PREDISPONEN AL CÁNCER Y A OTRAS SERIAS ENFERMEDADES



1.Soberbia o arrogancia Yang:Ejemplo: fumadores que dicen: “a mí no me va a tocar”.
2.Arrogancia Yin:Manejo consciente o inconsciente de los demás a través de la lástima o culpa, la demanda patológica de afecto: ser el centro de atención.

3.Inhibición de acción:Ejemplo: mujer que debe separarse pero depende económicamente de suesposo, “tragarse las broncas”.

4. Apego:Ejemplo: a un familiar fallecido no haberlo podido enterrar y no desear vivir sin él (se incluye aquí también el rencor, la culpa, el odio y el miedo en general).

5.Frustración:Ejemplo:por pérdida económica o de prestigio (también consecuencia del apego).

6.Falta de proyectos de vida y de incentivos para vivir:(No encontrarle sentidoa la vida).

7.Bloqueo de la comunicación normal:Ejemplo: expresar algo a través de la enfermedad.

8.La enfermedad como “tapabaches” para evitar un mal mayor:(Tirarse bajo un tren, por ejemplo).

9.Miedo al cáncer, al sufrimiento, o a la muerte:Ejemplo:Creer que se va a tener cáncer porque algún familiar cercano lo tuvo, o como un castigo de Dios por algo que haya hecho.

10.Represión sexual crónica, u otras formas de represión o de rigidez física y mental:Ejemplo:Situaciones vividas en épocas del proceso militar.

11.Estrés crónico:Divorcio entre las expectativas y la realidad.

12.Pacto consciente o inconsciente con Dios o con la muerte:Ejemplo:“que la muerte me lleve a mí en vez de a mi pareja, o a mi hijo”.En este punto también se incluyen otras formas de olvido o desprecio de sí mismo por ocuparse siempre sólo de los demás.

3) INHIBICION DE ACCION: A esto lo describe magistralmente Henry Laborit, un neurofisiólogo vietnamita nacionalizado francés, quien también fuera descubridor de varios conocidos psicofármacos.

La película “Mi Tío de América”, con Gerard Depardieu está basada en un experimento de Laborit, hecho con ratas, pero correlacionando esta experiencia con lo que también sucede frecuentemente en muchos seres humanos.Colocó una rata en una jaula a la cual le aplicaba una descarga eléctrica periódica que, sin matar a la rata, la molestaba seriamente.Cuatro segundos antes de la descarga se encendía una luz y pronto la rata aprendió que al encenderse la luz debía saltar (escape) a una zona no electrificada de la jaula, si quería evitar someterse a la corriente eléctrica y de esta forma, al escapar, la rata evitaba enfermarse.

ESCAPE = SALUD

La segunda experiencia es la de una rata, en otra jaula, sin lugar donde escapar, que no tenía otra que bancarse la descarga eléctrica y por lo tanto se enfermaba = sus pelos parados, sus ojos desorbitados, alteraciones en la presión sanguínea, colesterol, etc., que a la larga podrían llevar a la muerte de la rata por inhibición de acción.

INHIBICION DE ACCION = ENFERMEDAD

La tercera experiencia consistía en colocar a dos ratas en vez de una, en una jaula periódicamente electrificada y sin vía de escape.Las ratas se peleaban entre sí y gracias a esto se mantenían sanas.

DESCARGA = SALUD

Probablemente, por el paralelismo de esta experiencia con las de Wilhelm Reich, si hubieran sido del sexo opuesto y hubieran copulado y logrado llegar al orgasmo, también se hubieran mantenido sanas a pesar de la corriente eléctrica.La fórmula del orgasmo es una constante de todos los seres vivos, según Reich = Carga – Tensión – Descarga – Relajación -Ya ampliaremos esto en el punto 10, pero si el lector quiere más información al respecto, dos libros de Reich se complementan en aclarar todo esto con lujo de detalles: “La función del orgasmo” y “La biopatía del cáncer”.Volviendo a la tercer experiencia de Laborit, queda claro que la violencia que habitualmente tanta gente tiene, no es otra cosa que una forma de descargarse para evitar enfermarse.La sexualidad superficial y vulgar también tiene como objetivo la descarga de tensiones para no enfermar.Pero si para no estar enfermos vivimos peleándonos con medio mundo y copulando con el primero o la primera que se nos cruce, es porque no estamos mucho más evolucionados que las ratas.

El ser humano podría hacer algo mucho más inteligente como por ejemplo encontrar la forma de desconectar la corriente eléctrica (técnicas de relajación, meditación, etc.) o bien canalizar ese plus de energía que nos enfermaría si se va acumulando, de una forma más sabia que con la violencia o el sexo superficial.Podría ser llevando una vida sexual activa y satisfactoria pero con un sexo bien entendido que forma parte de una relación de Amor y no sólo de usarse mutuamente como cable a tierra. Además de esto o incluso si esto no fuese posible, ese plus de energía podría ser usado para nuestra propia evolución psicosocioespirutual.Lograr esto no es tan fácil como arrodillarse a recitar una oración o repetir el OM incansablemente.Conviene empezar por el principio.Desintoxicar y armonizar nuestro cuerpo con hábitos saludables que estabilicen el azúcar de la sangre y con esto tener la energía suficiente para vivir y diariamente si es posible, practicar alguna técnica psicocorporal adecuada que incluya el aprendizaje de formas de respiración saludables.

10º) Represión Sexual Crónica u otras formas de Represión o de Rigidez Física y Mental (ejemplo situaciones vividas durante el Proceso Militar):

Este tema fue muy bien estudiado por Wilhem Reich, psiquiatra autor de muchos libros como “La función del orgasmo” y “La biopatía del cáncer”, donde desarrolla profundamente lo que aquí nos ocupa. Pero además escribió muchos otros libros y los 2 últimos recién serán editados en el 2007, 50 años después de su muerte, según dejó indicado, ya que a su criterio, la humanidad todavía no estaba preparada para enterarse de los descubrimientos allí expresados. Para dar una idea de la trascendente de sus investigaciones, entre otras cosas, logró crear vida en su laboratorio (generación espontánea) a partir de carbón a alta temperatura en un medio absolutamente estéril. Esto fue reproducido por otros investigadores y hasta hay un video que lo confirma.

Fue tan revolucionario lo suyo que afectó poderosos intereses, que lo llevaron a morir en la cárcel en 1957. A muchos que, con incuestionables fundamentos científicos, atentamos contra esos intereses del sistema hoy globalizado, que gobierna dictatorialmente al mundo, nos están pasando algo parecido a lo que fue su historia de vida y esto no hace más que darnos más fuerzas para seguir haciéndolo.

Afirmar, basándonos en algo tan contundente y fácil de entender como lo que sigue, que la represión sexual es uno de los factores causales de cáncer, es muy fuerte.

Echa por tierra, por ejemplo, con preceptos religiosos como el de no tener relaciones sexuales prematrimoniales por considerarlas un pecado. Algo similar sucede con la masturbación, que para ciertas edades o circunstancias, debería considerarse un acto normal. Esta represión, acrecentada en monjas, sacerdotes y seminaristas, es la que sobre un terreno predispuesto, exacerba la tendencia creciente a la homosexualidad y a la pedofilia (abuso sexual de niños) como la que hoy se ve entre ellos y está llevando a las iglesias que aún sostienen esta postura represiva, al borde del colapso.

Tampoco es saludable el otro extremo, el del libertinaje sexual, que bien sabido es que genera serias enfermedades de transmisión sexual entre otras cosas y se suele asociar con el alcoholismo, la drogadicción y la degradación humana.

Pero es un extremo el que genera el otro: extremo yang (represión) genera extremo yin (libertinaje y degradación)

Reich estableció la fórmula del orgasmo, que es aplicable a todos los seres vivos, incluso los asexuados: carga à tensión à descarga à relajación.

Los estímulos sexuales hoy se ven multiplicados por todos los medios y a esta carga se suma la que provoca el estrés, del que hablaremos en el próximo punto. Ya vimos en la revista nº 3, en la 2º parte de este artículo, al analizar el factor nº 3 “inhibición de acción”, la experiencia hecha con ratas por Henry Laboritt. Esto explica el por qué de tanta violencia y de tanto sexo superficial y libertino: descargarse para no enfermarse. Pero ya dijimos que si para no enfermarnos tenemos que apelar a la violencia o a tener sexo con el primero o la primera que se nos cruce, es porque no somos más que ratas. Y el ser humano, “generalmente”, puede actuar de una forma más elevada que una simple rata.

Pero primero analicemos cuáles son los mecanismos que nos llevan de la represión sexual y de otras formas de represión, carga y tensión crónica sin descarga, a la generación de cáncer y de otras serias enfermedades:

Toda represión, implica carga y tensión y esa tensión, más aún si es crónica, se refleja en el cuerpo con aumentos de la tensión, sobre todo muscular. En personas predispuestas, es la tensión arterial la que aumenta (hipertensión arterial), en menos proporción de gente, la tensión ocular (glaucoma), pero en la gran mayoría se verifica como contracturas musculares crónicas, sobre todo en la espalda (desde la nuca hasta el cóccix). También puede contracturarse la musculatura intrínseca del ojo (que permite los movimientos del mismo) provocando deformaciones del globo ocular que hacen que el foco no caiga justo sobre la retina sino atrás o adelante y esto se manifiesta con visión borrosa o cambiante transitoriamente y luego con miopía, hipermetropía, etc.

Pero lo más habitual son las contracturas musculares en la zona cervical, dorsal o lumbosacra. Estas pueden desviar la columna y provocar dolor y compresión de nervios y afectación de los órganos que corresponden a esa región o metámera o al meridiano o ramal de círculo de energía vital que esté implicado. Estas contracturas suelen hacerse crónicas y se van transformando en una verdadera coraza muscular.

Esto genera lo que Reich llamó biopatía de encogimiento o simpaticotonía crónica(predominio del simpático mediado por la adrenalina por sobre el parasimpático mediado por la acetilcolina). Todo lo que aumenta la adrenalina (estrés, miedos, broncas, preocupaciones, carnes rojas, café, mate, tabaco y todo lo que provoque hipoglucemas que indirectamente potencian la secreción de esta hormona como los dulces, harinas blancas, alcohol y pasar muchas horas sin comer) echan más leña al fuego a este acorazamiento. También lo hacen, como es evidente, la falta de canalización adecuada de la energía sexual, la falta de actividad física y las posturas y respiración inapropiadas.

No es casual que en unas personas se contracture una zona de la espalda o del cuerpo y en otros, otra zona.

El líquido cefalorraquídeo es el líquido más frío del cuerpo y actúa como un refrigerador que congela la memoria de hechos psicológicamente traumáticos acaecidos durante la vida, en forma de contracturas musculares crónicas y según la edad a la que hayamos sufrido ese trauma, será la altura de la columna a la cual se producirá esta tensión crónica. Esto se asocia al concepto de “engramas” que es algo así como los nudos que entrelazan lo psicológico a lo corporal y pueden estar armonizados o no.

La misma tensión se va sumando con otros factores como los antedichos y al incorporar el concepto de la Medicina Oriental de la relación entre cada órgano y cada emoción, el tema se pone cada vez más interesante.

En la zona cervical se suelen afectar las personas que tienen sobrecarga de responsabilidades (hay Flores de Bach especialmente útiles para estos casos), pero también quienes tienen afectada la vesícula biliar, ya que por aquí pasa el meridiano de acupuntura de la misma. A la vesícula la afectan las grasas de los quesos por ejemplo y de la carne, así como las frituras y el chocolate, pero también las broncas y lo que tiene que ver con la toma de decisiones. Cuando la vesícula está energéticamente débil, cuesta tomar decisiones y cuando está con sobrecarga energética, se suelen tomar decisiones apresuradas de las que luego probablemente nos arrepintamos.

En la zona dorsal alta, del lado izquierdo, suele somatizarse lo que tiene que ver con el corazón: la soberbia, la crueldad, la angustia, el estrés, la alegría superficial y el hedonismo o búsqueda patológica del placer. Al corazón lo afecta el calor.

En la región dorsal alta, del lado derecho, lo relacionado a los pulmones o sea la tristeza, pena y depresión así como la sequedad.

En la región dorsal baja, cerca del diafragma y del lado derecho, está el hígado y a éste lo afectan las broncas, la ira o estados coléricos (el hígado controla las emociones en general, según los chinos), pero también lo visto para vesícula biliar a lo que se suma la acción del alcohol y el efecto del viento. A la misma altura, pero del lado izquierdo, se refleja el bazo / páncreas y el estómago, afectado por las preocupaciones y el estrés, además de la humedad.

En la zona lumbar se ubican los riñones y las contracturas a este nivel también suelen relacionarse con los miedos y fobias que afectan a estos órganos clave, pues en ellos se asienta la energía ancestral “ching”, que marca el grado de vitalidad que tenemos decrecientemente hasta morir al agotarse esta energía. Al riñón (y vejiga) también lo afecta el frío.

Cuando los miedos o fobias se transforman en pánico, ya se ha afectado también el hígado, sin embargo esto también puede resolverse muy rápidamente con el tratamiento apropiado, que no pasa por caer en psicofármacos.

Todo lo antedicho que nos va cargando de tensiones, se compensa al menos parcialmente con las múltiples formas de descarga de estas tensiones como la actividad sexual, física, recreativa, artística, los deportes no muy competitivos, la risa, la Meditación, la respiración adecuada, técnicas psicocorporales como la Metakinesis (ver revista 3), el Yoga, el Taichi, el Reiki o el Shorei, los masajes bioenergéticos y una técnica especial llamada Espinoanalogía que puede resolver fobias con pocas o una sola sesión y hacer que una persona mida 2 cm más de altura por relajación de músculos contraídos que lo encogían en 30 o 45 minutos sin siquiera tocar al paciente. Pero si la carga es mayor que la descarga el balance siendo cada vez más acumulativo y alguna emoción fuerte o una decisión autodestructiva confesada o no, puede inclinar firmemente la balanza y generarse por ejemplo un cáncer, para lo cual la dieta y otros hábitos y los factores ambientales casi siempre también tienen una gran influencia.

Recordemos que a todas las persona se nos producen diariamente hasta un millón de células cancerígenas, pero el sistema de reconocimiento antiblástico que forma parte de nuestras defensas, es capaz de reconocerlas y eliminarlas (ver artículo cirugía, químio, radio, hormonoe inmunoterapia en cáncer: cuando sí y cuando no, de revista 3)

Pero por lo antedicho, ese balance se puede desequilibrar y formarse más células cancerígenas que las que se eliminan, con lo cual a la corta o a la larga, llegaremos a un cáncer, muy probablemente, si esta inmunodepresión es crónica.

Se conocen 5 mecanismos específicos que explican científicamente cómo se puede pasar del acorazamiento muscular crónico en una zona, a un cáncer en el órgano correspondiente a la misma o en las vísceras u otros órganos asociados. Los mismos son:

1) Disminución de la llegada de glucosa y por ende de energía a la zona acorazada por reducción de la circulación sanguínea. (Además de la tan frecuente hipoglucemia en la poca sangre que llegue)

2) Disminución del aflujo de oxígeno también debido a la menor llegada de sangre por la gran contractura muscular crónica. Esto y lo anterior genera condiciones propicias para el desarrollo de células cancerígenas en la región.

3) Reducción del arribo de glóbulos blancos y otros elementos del sistema inmunológico que debería reconocer y eliminar a esas células cancerígenas que en número superior al tolerable se han empezado a gestar.

4) Descenso del retorno venoso y linfático, por el mismo acorazamiento, lo cual implica que muchas toxinas cancerígenas, incluso radiactivas, que habían llegado a la zona, puedan ser rápidamente eliminadas para que no provoquen tanto daño ni aceleren la reproducción de células malignas.

5) Incremento prebloque y disminución postbloqueo de la energía vital (cuantificable con los instrumentos apropiados) que circula por los meridianos de acupuntura o ramales de circuito de la energía electromagnética. Esto puede provocar el salto de electrones de su orbital en un átomo determinado, que impacten contra otros y liberen radicales de oxígeno, conocidamente cancerígenos por su acción sobre el ADN celular (esto es parcialmente atemperable con un adecuado aporte cotidiano de antioxidantes como la vitamina E natural, entre otros). Un mecanismo similar a éste tiene las dietas energéticamente desequilibradas (excesivamente yin o excesivamente yang). Esto lo postula el profesor Estables Elduque (España).

Como vemos estos 5 mecanismos se pueden potenciar entre sí y explicar de qué forma tanto la represión sexual, como otros factores que se sumen para estresarnos y acorazarnos crónicamente, son importantes causales de cáncer y de otras serias enfermedades.

Debe quedar claro, para no generar alarmas injustificadas, que no estamos hablando de una simple contractura muscular pasajera sino de verdaderas corazas que se van formando crónicamente y durante años y hasta pueden provocar lo que Reich llamó biopatía de encogimiento.

Cuando no se tiene pareja como para tener una actividad sexual normal o cuando se la tiene pero igualmente no es satisfactoria esta relación en lo sexual y no se quiere caer en el adulterio o recurrir a la masturbación, que nunca es tan satisfactoria ni tan armonizadora como una relación entre un hombre y una mujer, sobre todo cuando media el amor, hay estrategias que ayudan a transmutar esta energía y en lo posible a espiritualizarla. Por simples razones de polaridad energética, con las prácticas homosexuales, tampoco se puede pretender tan óptima armonización como con las heterosexuales.

El lector interesado puede ampliar esta información en bibliografías específicas, como por ejemplo de Tantra, Yoga, Chi Kung Sexual, etc. que incluyen formas especiales de respiración, pero procurando no ser autodidacta en la práctica de estas técnicas, sino buscando el asesoramiento de expertos de reconocida trayectoria y moral, ya que he atendido pacientes que se generaron un cáncer en órganos genitales por controlar el orgasmo sin saber bien cómo elevar esa energía, aún creyendo que lo estaban haciendo bien.

El control y la disciplina (incluso aplicado a lo sexual) no son sinónimos de represión. El control es un acto conciente y la represión, un acto inconsciente. En el camino hacia lo espiritual, tenemos que tener cada vez más actos concientes y cada vez menos actos inconcientes.

En otros artículos veremos cómo tratar holísticamente, los más frecuentes trastornos de la sexualidad, como la impotencia, la frigidez, la anorgasmia, la eyaculación precoz, la disminución de la líbido o deseo sexual e incluso también la esterilidad tanto femenina como masculina.

11º) Estrés crónico:

Es muy importante leer el punto anterior, antes de abordar éste, ya que mucho de lo allí señalado es aplicable al presente.

También lo visto sobre estrés en una de las Recetas para Nutrir el Espíritu, que publicamos en la Revista Holísticamente Nº 1 y en el libro Guía para una Nutrición Evolutiva.

Cuando hablamos de stress o su equivalente castellanizado , estrés, debemos considerar que en realidad nos referimos al distrés, porque se ha popularizado el concepto de este último con el nombre del primero.

Estrés es en realidad toda tensión física y mental pasajera que nos pone normalmente en estado de alerta, ante cualquier peligro o situación que requiere mucha atención, por ejemplo por estar manejando un auto, con mucho tránsito y en una noche de tormenta. Necesitamos que se segregue más adrenalina y corticoides entre otras hormonas, para aumentar la oxigenación de nuestra sangre por broncodilatación y la circulación de la misma por vasodilatación y aumento de la frecuencia y fuerza de los latidos del corazón, entre otros efectos.

Cuando este estado se agudiza y a la vez se cronifica, trasladándose a momentos en que las circunstancias no justifican, según la lógica y el sentido común, tanta tensión, a esto se lo denomina distrés, que es lo verdaderamente patológico, aunque como se dijo, popularmente a esto último, también se lo llama estrés crónico.

Una definición desde una visión más psicológica de sus causas, que me gusta por lo clara y contundente es que “el estrés, es el divorcio entre las expectativas y la realidad” cuanto más expectativas sobre algo o alguien tenía, más me tensiono o estreso si veo que la realidad no va coincidiendo con mis expectativas. Y el paso siguiente es el quiebre y la frustración, salvo que pueda flexibizarme y asumir que muy probablemente, de esa realidad adversa, algún aprendizaje u oportunidad de crecimiento, voy a poder rescatar si me lo propongo sincera y firmemente.

Cuanto mayor sea la expectativa, cuanto más se la hubiera alimentado y cuanta mayor diferencia tuviera con la realidad, mayor será la tensión, el estrés y la posterior frustración. Por eso resulta clave, en la prevención y tratamiento del estrés, aprender a vivir sin tantas expectativas, sino más bien en contacto directo con la realidad, con el aquí y el ahora, con lo que “es” y no con lo que “debería ser”, tanto el otro, como yo mismo o las circunstancias que atravesemos. Disfrutar del medio vaso lleno y no vivir quejándonos por el medio vaso vacío. Mejorar lo que sea mejorable, pero aceptar con humildad que no somos omnipotentes para hacer que todo sea como queríamos o creíamos que debía ser. No pretender dar el paso, más grande de lo que el pie nos permite dar.

O sea en síntesis: cambiar la actitud.

Por otra parte muchas personas son adictas a la adrenalina que en exceso segregue su cuerpo. Si no la tienen por las nubes es como si no se sintieran vivos. Cuando en realidad, lo más maravilloso de la vida, lo descubrirían cuando se permitan ir más despacio ¿se puede acaso disfrutar del paisaje yendo a 200 km por hora?

Una cosa es disfrutar del camino y otra, sólo del objetivo. Quizás algún día entendamos que la vida no está hecha de objetivos sino de caminos y si logramos el objetivo, perfecto, mas si no lo conseguimos, quien nos quita lo bailado si disfrutamos del sendero.

Podrán argumentar algunos que es muy grande el placer de experimentar aventuras extremas que los pongan a un paso no más, de perder la vida. Esto tiene que ver con la teoría de la situaciones límite, de Jaspers, quien postula que valoramos las cosas (en este caso la vida) sólo cuando estamos próximos a perderlas. La gente adicta a la adrenalina se aburre y se siente como muerto en vida cuando no enfrenta desafíos que la lleven a tener los pelos de punta.

Suelen preferir vivir pocos años pero a full en vez de vivir muchos años más serenamente.

Y esa elección se puede concretar perfectamente a través de un infarto, de un cáncer o de otras enfermedades relacionadas con el estrés agudo y crónico.

Y eso no sólo se vehiculiza a través de los espasmos coronarios y el aumento de la presión y el colesterol endógeno (infartos) o de las caídas de las defensas como las del sistema de reconocimiento antiblástico (cáncer) que el exceso de adrenalina y corticoides (mediadores del estrés) provocan,sino también porque lo típico es que este tipo de personas se alimentan casi siempre con comidas rápidas (como su vida) también llamadas chatarra, cigarrillo, mate, café y alcohol, cuando no también con drogas, aunque más no sean psicofármacos, estimulantes o sedantes. Esta elección de vivir pocos años a full en vez de muchos más serenamente, no es fácil de cambiar, ya que quien se siente un tigre carnicero, suele despreciar a un cordero come pasto, sintiéndose superior. Y ni le hablen al tigre de convertirse en cordero. Sin embargo muchos “tigres”, llegan al consultorio con la cola entre las piernas y pidiendo una escupidera, ya que la vida, a través de una enfermedad como un cáncer del que ya estén oficialmente desahuciados, los hizo despertar del delirio de creerse tigres, haciéndolos sentir peor que una cucaracha que mucho desearía ser cordero o al menos una sencilla y longeva tortuga. Esta circunstancia lo suele llevar a valorar la vida en serio, comprendiendo el error que cometía al creer que sólo estaba vivo cuando vivía con los dedos en el enchufe y que esta adicción a la adrenalina no hacía otra cosa que tapar un gran vacío existencial que lo llevaba a aburrirse cuando bajaba de revoluciones.

La velocidad y el deseo de aventuras extremas estaba seguramente tapando su imposibilidad de encontrar el sentido de la vida.

Y ahora que la vida lo hace verse obligado a ir más despacio, tiene 2 caminos para elegir: uno es del de morirse lo más rápido posible continuando con el consumo de comida chatarra (como carnes rojas y lácteos por ejemplo) y otros hábitos autodestructivos, que le hagan crecer más rápido a su cáncer u otra enfermedad. Otro es el de darse la oportunidad de descubrir el sentido de la vida y hacer todo que esté a su alcance, activamente y no sólo como pasivo receptor de drogas quimioterápicas o rayos, para curarse o controlar su enfermedad por muchos años, para poder hacer lo trascendente que no hizo hasta ahora, por habérsela pasado entretenido corriendo detrás de trivialidades superficiales (fama, dinero, poder, prestigio o placeres enfermizos).

Ahora bien: si la persona decide que quiere curarse y realmente es sincera y esto no es sólo una mentira que expresa para dejar conforme a la familia o una forma de autoengaño, deberá no sólo tener razones válidas propias para seguir vivo, como veremos en el próximo punto, sino también superar además del estrés, el miedo y la desesperación, ya que estas son hermanos gemelos del estrés en cuanto a su efecto sobre la generación de cáncer y otras enfermedades, debido a que también implican altos niveles de adrenalina y corticoides, de gran acción inmuno depresora.

Sin embargo aunque esto parezca un camino de difícil salida, no lo es tal ya que el método que hemos desarrollado es uno de los más rápidos, efectivos y económicos que se hubieran publicado a nivel científico, para la superación del estrés, los miedos y la desesperación (incluso ataques de pánico y fobias), a través de un abordaje holístico que ayuda a corregir todas las causas de raíz. Pero requiere cuatro condiciones básicas y una quinta que engloba y trasciende a todas ellas que son: convicción, voluntad, disciplina y perseverancia, siendo la quinta y más importante, el Amor (por sí mismo, por el prójimo y por la vida).

Convicción significa estar convencido y para ello basta con recibir toda información seria y coherente que avala la propuesta, despojándose de un escepticismo negador y cegador.

Voluntad, disciplina y perseverancia para hacer todos los cambios que hubiera que hacer, tanto de hábitos como de actitudes y para poner en práctica todas las herramientas que se requieran para lograr la más plena salud posible y luego, para mantenerla.

Amor por sí mismo y por la vida como motor que genere las acciones positivas y por el prójimo para lograr, al curarse o controlar la enfermedad por muchos años, convertirse en un sano y feliz ejemplo para todos, sin ser una carga para nadie, ni un motivo de tristeza por la pérdida que les representaría esta eventual desaparición.

Un tema que intesantisimo la fuente
10º) Represión Sexual Crónica u otras formas de Represión o de Rigidez Física y Mental (ejemplo situaciones vividas durante el Proceso Militar):

Este tema fue muy bien estudiado por Wilhem Reich, psiquiatra autor de muchos libros como “La función del orgasmo” y “La biopatía del cáncer”, donde desarrolla profundamente lo que aquí nos ocupa. Pero además escribió muchos otros libros y los 2 últimos recién serán editados en el 2007, 50 años después de su muerte, según dejó indicado, ya que a su criterio, la humanidad todavía no estaba preparada para enterarse de los descubrimientos allí expresados. Para dar una idea de la trascendente de sus investigaciones, entre otras cosas, logró crear vida en su laboratorio (generación espontánea) a partir de carbón a alta temperatura en un medio absolutamente estéril. Esto fue reproducido por otros investigadores y hasta hay un video que lo confirma.

Fue tan revolucionario lo suyo que afectó poderosos intereses, que lo llevaron a morir en la cárcel en 1957. A muchos que, con incuestionables fundamentos científicos, atentamos contra esos intereses del sistema hoy globalizado, que gobierna dictatorialmente al mundo, nos están pasando algo parecido a lo que fue su historia de vida y esto no hace más que darnos más fuerzas para seguir haciéndolo.

Afirmar, basándonos en algo tan contundente y fácil de entender como lo que sigue, que la represión sexual es uno de los factores causales de cáncer, es muy fuerte.

Echa por tierra, por ejemplo, con preceptos religiosos como el de no tener relaciones sexuales prematrimoniales por considerarlas un pecado. Algo similar sucede con la masturbación, que para ciertas edades o circunstancias, debería considerarse un acto normal. Esta represión, acrecentada en monjas, sacerdotes y seminaristas, es la que sobre un terreno predispuesto, exacerba la tendencia creciente a la homosexualidad y a la pedofilia (abuso sexual de niños) como la que hoy se ve entre ellos y está llevando a las iglesias que aún sostienen esta postura represiva, al borde del colapso.

Tampoco es saludable el otro extremo, el del libertinaje sexual, que bien sabido es que genera serias enfermedades de transmisión sexual entre otras cosas y se suele asociar con el alcoholismo, la drogadicción y la degradación humana.

Pero es un extremo el que genera el otro: extremo yang (represión) genera extremo yin (libertinaje y degradación)

Reich estableció la fórmula del orgasmo, que es aplicable a todos los seres vivos, incluso los asexuados: carga à tensión à descarga à relajación.

Los estímulos sexuales hoy se ven multiplicados por todos los medios y a esta carga se suma la que provoca el estrés, del que hablaremos en el próximo punto. Ya vimos en la revista nº 3, en la 2º parte de este artículo, al analizar el factor nº 3 “inhibición de acción”, la experiencia hecha con ratas por Henry Laboritt. Esto explica el por qué de tanta violencia y de tanto sexo superficial y libertino: descargarse para no enfermarse. Pero ya dijimos que si para no enfermarnos tenemos que apelar a la violencia o a tener sexo con el primero o la primera que se nos cruce, es porque no somos más que ratas. Y el ser humano, “generalmente”, puede actuar de una forma más elevada que una simple rata.

Pero primero analicemos cuáles son los mecanismos que nos llevan de la represión sexual y de otras formas de represión, carga y tensión crónica sin descarga, a la generación de cáncer y de otras serias enfermedades:

Toda represión, implica carga y tensión y esa tensión, más aún si es crónica, se refleja en el cuerpo con aumentos de la tensión, sobre todo muscular. En personas predispuestas, es la tensión arterial la que aumenta (hipertensión arterial), en menos proporción de gente, la tensión ocular (glaucoma), pero en la gran mayoría se verifica como contracturas musculares crónicas, sobre todo en la espalda (desde la nuca hasta el cóccix). También puede contracturarse la musculatura intrínseca del ojo (que permite los movimientos del mismo) provocando deformaciones del globo ocular que hacen que el foco no caiga justo sobre la retina sino atrás o adelante y esto se manifiesta con visión borrosa o cambiante transitoriamente y luego con miopía, hipermetropía, etc.

Pero lo más habitual son las contracturas musculares en la zona cervical, dorsal o lumbosacra. Estas pueden desviar la columna y provocar dolor y compresión de nervios y afectación de los órganos que corresponden a esa región o metámera o al meridiano o ramal de círculo de energía vital que esté implicado. Estas contracturas suelen hacerse crónicas y se van transformando en una verdadera coraza muscular.

Esto genera lo que Reich llamó biopatía de encogimiento o simpaticotonía crónica(predominio del simpático mediado por la adrenalina por sobre el parasimpático mediado por la acetilcolina). Todo lo que aumenta la adrenalina (estrés, miedos, broncas, preocupaciones, carnes rojas, café, mate, tabaco y todo lo que provoque hipoglucemas que indirectamente potencian la secreción de esta hormona como los dulces, harinas blancas, alcohol y pasar muchas horas sin comer) echan más leña al fuego a este acorazamiento. También lo hacen, como es evidente, la falta de canalización adecuada de la energía sexual, la falta de actividad física y las posturas y respiración inapropiadas.

No es casual que en unas personas se contracture una zona de la espalda o del cuerpo y en otros, otra zona.

El líquido cefalorraquídeo es el líquido más frío del cuerpo y actúa como un refrigerador que congela la memoria de hechos psicológicamente traumáticos acaecidos durante la vida, en forma de contracturas musculares crónicas y según la edad a la que hayamos sufrido ese trauma, será la altura de la columna a la cual se producirá esta tensión crónica. Esto se asocia al concepto de “engramas” que es algo así como los nudos que entrelazan lo psicológico a lo corporal y pueden estar armonizados o no.

La misma tensión se va sumando con otros factores como los antedichos y al incorporar el concepto de la Medicina Oriental de la relación entre cada órgano y cada emoción, el tema se pone cada vez más interesante.

En la zona cervical se suelen afectar las personas que tienen sobrecarga de responsabilidades (hay Flores de Bach especialmente útiles para estos casos), pero también quienes tienen afectada la vesícula biliar, ya que por aquí pasa el meridiano de acupuntura de la misma. A la vesícula la afectan las grasas de los quesos por ejemplo y de la carne, así como las frituras y el chocolate, pero también las broncas y lo que tiene que ver con la toma de decisiones. Cuando la vesícula está energéticamente débil, cuesta tomar decisiones y cuando está con sobrecarga energética, se suelen tomar decisiones apresuradas de las que luego probablemente nos arrepintamos.

En la zona dorsal alta, del lado izquierdo, suele somatizarse lo que tiene que ver con el corazón: la soberbia, la crueldad, la angustia, el estrés, la alegría superficial y el hedonismo o búsqueda patológica del placer. Al corazón lo afecta el calor.

En la región dorsal alta, del lado derecho, lo relacionado a los pulmones o sea la tristeza, pena y depresión así como la sequedad.

En la región dorsal baja, cerca del diafragma y del lado derecho, está el hígado y a éste lo afectan las broncas, la ira o estados coléricos (el hígado controla las emociones en general, según los chinos), pero también lo visto para vesícula biliar a lo que se suma la acción del alcohol y el efecto del viento. A la misma altura, pero del lado izquierdo, se refleja el bazo / páncreas y el estómago, afectado por las preocupaciones y el estrés, además de la humedad.

En la zona lumbar se ubican los riñones y las contracturas a este nivel también suelen relacionarse con los miedos y fobias que afectan a estos órganos clave, pues en ellos se asienta la energía ancestral “ching”, que marca el grado de vitalidad que tenemos decrecientemente hasta morir al agotarse esta energía. Al riñón (y vejiga) también lo afecta el frío.

Cuando los miedos o fobias se transforman en pánico, ya se ha afectado también el hígado, sin embargo esto también puede resolverse muy rápidamente con el tratamiento apropiado, que no pasa por caer en psicofármacos.

Todo lo antedicho que nos va cargando de tensiones, se compensa al menos parcialmente con las múltiples formas de descarga de estas tensiones como la actividad sexual, física, recreativa, artística, los deportes no muy competitivos, la risa, la Meditación, la respiración adecuada, técnicas psicocorporales como la Metakinesis (ver revista 3), el Yoga, el Taichi, el Reiki o el Shorei, los masajes bioenergéticos y una técnica especial llamada Espinoanalogía que puede resolver fobias con pocas o una sola sesión y hacer que una persona mida 2 cm más de altura por relajación de músculos contraídos que lo encogían en 30 o 45 minutos sin siquiera tocar al paciente. Pero si la carga es mayor que la descarga el balance siendo cada vez más acumulativo y alguna emoción fuerte o una decisión autodestructiva confesada o no, puede inclinar firmemente la balanza y generarse por ejemplo un cáncer, para lo cual la dieta y otros hábitos y los factores ambientales casi siempre también tienen una gran influencia.

Recordemos que a todas las persona se nos producen diariamente hasta un millón de células cancerígenas, pero el sistema de reconocimiento antiblástico que forma parte de nuestras defensas, es capaz de reconocerlas y eliminarlas (ver artículo cirugía, químio, radio, hormonoe inmunoterapia en cáncer: cuando sí y cuando no, de revista 3)

Pero por lo antedicho, ese balance se puede desequilibrar y formarse más células cancerígenas que las que se eliminan, con lo cual a la corta o a la larga, llegaremos a un cáncer, muy probablemente, si esta inmunodepresión es crónica.

Se conocen 5 mecanismos específicos que explican científicamente cómo se puede pasar del acorazamiento muscular crónico en una zona, a un cáncer en el órgano correspondiente a la misma o en las vísceras u otros órganos asociados. Los mismos son:

1) Disminución de la llegada de glucosa y por ende de energía a la zona acorazada por reducción de la circulación sanguínea. (Además de la tan frecuente hipoglucemia en la poca sangre que llegue)

2) Disminución del aflujo de oxígeno también debido a la menor llegada de sangre por la gran contractura muscular crónica. Esto y lo anterior genera condiciones propicias para el desarrollo de células cancerígenas en la región.

3) Reducción del arribo de glóbulos blancos y otros elementos del sistema inmunológico que debería reconocer y eliminar a esas células cancerígenas que en número superior al tolerable se han empezado a gestar.

4) Descenso del retorno venoso y linfático, por el mismo acorazamiento, lo cual implica que muchas toxinas cancerígenas, incluso radiactivas, que habían llegado a la zona, puedan ser rápidamente eliminadas para que no provoquen tanto daño ni aceleren la reproducción de células malignas.

5) Incremento prebloque y disminución postbloqueo de la energía vital (cuantificable con los instrumentos apropiados) que circula por los meridianos de acupuntura o ramales de circuito de la energía electromagnética. Esto puede provocar el salto de electrones de su orbital en un átomo determinado, que impacten contra otros y liberen radicales de oxígeno, conocidamente cancerígenos por su acción sobre el ADN celular (esto es parcialmente atemperable con un adecuado aporte cotidiano de antioxidantes como la vitamina E natural, entre otros). Un mecanismo similar a éste tiene las dietas energéticamente desequilibradas (excesivamente yin o excesivamente yang). Esto lo postula el profesor Estables Elduque (España).

Como vemos estos 5 mecanismos se pueden potenciar entre sí y explicar de qué forma tanto la represión sexual, como otros factores que se sumen para estresarnos y acorazarnos crónicamente, son importantes causales de cáncer y de otras serias enfermedades.

Debe quedar claro, para no generar alarmas injustificadas, que no estamos hablando de una simple contractura muscular pasajera sino de verdaderas corazas que se van formando crónicamente y durante años y hasta pueden provocar lo que Reich llamó biopatía de encogimiento.

Cuando no se tiene pareja como para tener una actividad sexual normal o cuando se la tiene pero igualmente no es satisfactoria esta relación en lo sexual y no se quiere caer en el adulterio o recurrir a la masturbación, que nunca es tan satisfactoria ni tan armonizadora como una relación entre un hombre y una mujer, sobre todo cuando media el amor, hay estrategias que ayudan a transmutar esta energía y en lo posible a espiritualizarla. Por simples razones de polaridad energética, con las prácticas homosexuales, tampoco se puede pretender tan óptima armonización como con las heterosexuales.

El lector interesado puede ampliar esta información en bibliografías específicas, como por ejemplo de Tantra, Yoga, Chi Kung Sexual, etc. que incluyen formas especiales de respiración, pero procurando no ser autodidacta en la práctica de estas técnicas, sino buscando el asesoramiento de expertos de reconocida trayectoria y moral, ya que he atendido pacientes que se generaron un cáncer en órganos genitales por controlar el orgasmo sin saber bien cómo elevar esa energía, aún creyendo que lo estaban haciendo bien.

El control y la disciplina (incluso aplicado a lo sexual) no son sinónimos de represión. El control es un acto conciente y la represión, un acto inconsciente. En el camino hacia lo espiritual, tenemos que tener cada vez más actos concientes y cada vez menos actos inconcientes.

En otros artículos veremos cómo tratar holísticamente, los más frecuentes trastornos de la sexualidad, como la impotencia, la frigidez, la anorgasmia, la eyaculación precoz, la disminución de la líbido o deseo sexual e incluso también la esterilidad tanto femenina como masculina.

11º) Estrés crónico:

Es muy importante leer el punto anterior, antes de abordar éste, ya que mucho de lo allí señalado es aplicable al presente.

También lo visto sobre estrés en una de las Recetas para Nutrir el Espíritu, que publicamos en la Revista Holísticamente Nº 1 y en el libro Guía para una Nutrición Evolutiva.

Cuando hablamos de stress o su equivalente castellanizado , estrés, debemos considerar que en realidad nos referimos al distrés, porque se ha popularizado el concepto de este último con el nombre del primero.

Estrés es en realidad toda tensión física y mental pasajera que nos pone normalmente en estado de alerta, ante cualquier peligro o situación que requiere mucha atención, por ejemplo por estar manejando un auto, con mucho tránsito y en una noche de tormenta. Necesitamos que se segregue más adrenalina y corticoides entre otras hormonas, para aumentar la oxigenación de nuestra sangre por broncodilatación y la circulación de la misma por vasodilatación y aumento de la frecuencia y fuerza de los latidos del corazón, entre otros efectos.

Cuando este estado se agudiza y a la vez se cronifica, trasladándose a momentos en que las circunstancias no justifican, según la lógica y el sentido común, tanta tensión, a esto se lo denomina distrés, que es lo verdaderamente patológico, aunque como se dijo, popularmente a esto último, también se lo llama estrés crónico.

Una definición desde una visión más psicológica de sus causas, que me gusta por lo clara y contundente es que “el estrés, es el divorcio entre las expectativas y la realidad” cuanto más expectativas sobre algo o alguien tenía, más me tensiono o estreso si veo que la realidad no va coincidiendo con mis expectativas. Y el paso siguiente es el quiebre y la frustración, salvo que pueda flexibizarme y asumir que muy probablemente, de esa realidad adversa, algún aprendizaje u oportunidad de crecimiento, voy a poder rescatar si me lo propongo sincera y firmemente.

Cuanto mayor sea la expectativa, cuanto más se la hubiera alimentado y cuanta mayor diferencia tuviera con la realidad, mayor será la tensión, el estrés y la posterior frustración. Por eso resulta clave, en la prevención y tratamiento del estrés, aprender a vivir sin tantas expectativas, sino más bien en contacto directo con la realidad, con el aquí y el ahora, con lo que “es” y no con lo que “debería ser”, tanto el otro, como yo mismo o las circunstancias que atravesemos. Disfrutar del medio vaso lleno y no vivir quejándonos por el medio vaso vacío. Mejorar lo que sea mejorable, pero aceptar con humildad que no somos omnipotentes para hacer que todo sea como queríamos o creíamos que debía ser. No pretender dar el paso, más grande de lo que el pie nos permite dar.

O sea en síntesis: cambiar la actitud.

Por otra parte muchas personas son adictas a la adrenalina que en exceso segregue su cuerpo. Si no la tienen por las nubes es como si no se sintieran vivos. Cuando en realidad, lo más maravilloso de la vida, lo descubrirían cuando se permitan ir más despacio ¿se puede acaso disfrutar del paisaje yendo a 200 km por hora?

Una cosa es disfrutar del camino y otra, sólo del objetivo. Quizás algún día entendamos que la vida no está hecha de objetivos sino de caminos y si logramos el objetivo, perfecto, mas si no lo conseguimos, quien nos quita lo bailado si disfrutamos del sendero.

Podrán argumentar algunos que es muy grande el placer de experimentar aventuras extremas que los pongan a un paso no más, de perder la vida. Esto tiene que ver con la teoría de la situaciones límite, de Jaspers, quien postula que valoramos las cosas (en este caso la vida) sólo cuando estamos próximos a perderlas. La gente adicta a la adrenalina se aburre y se siente como muerto en vida cuando no enfrenta desafíos que la lleven a tener los pelos de punta.

Suelen preferir vivir pocos años pero a full en vez de vivir muchos años más serenamente.

Y esa elección se puede concretar perfectamente a través de un infarto, de un cáncer o de otras enfermedades relacionadas con el estrés agudo y crónico.

Y eso no sólo se vehiculiza a través de los espasmos coronarios y el aumento de la presión y el colesterol endógeno (infartos) o de las caídas de las defensas como las del sistema de reconocimiento antiblástico (cáncer) que el exceso de adrenalina y corticoides (mediadores del estrés) provocan,sino también porque lo típico es que este tipo de personas se alimentan casi siempre con comidas rápidas (como su vida) también llamadas chatarra, cigarrillo, mate, café y alcohol, cuando no también con drogas, aunque más no sean psicofármacos, estimulantes o sedantes. Esta elección de vivir pocos años a full en vez de muchos más serenamente, no es fácil de cambiar, ya que quien se siente un tigre carnicero, suele despreciar a un cordero come pasto, sintiéndose superior. Y ni le hablen al tigre de convertirse en cordero. Sin embargo muchos “tigres”, llegan al consultorio con la cola entre las piernas y pidiendo una escupidera, ya que la vida, a través de una enfermedad como un cáncer del que ya estén oficialmente desahuciados, los hizo despertar del delirio de creerse tigres, haciéndolos sentir peor que una cucaracha que mucho desearía ser cordero o al menos una sencilla y longeva tortuga. Esta circunstancia lo suele llevar a valorar la vida en serio, comprendiendo el error que cometía al creer que sólo estaba vivo cuando vivía con los dedos en el enchufe y que esta adicción a la adrenalina no hacía otra cosa que tapar un gran vacío existencial que lo llevaba a aburrirse cuando bajaba de revoluciones.

La velocidad y el deseo de aventuras extremas estaba seguramente tapando su imposibilidad de encontrar el sentido de la vida.

Y ahora que la vida lo hace verse obligado a ir más despacio, tiene 2 caminos para elegir: uno es del de morirse lo más rápido posible continuando con el consumo de comida chatarra (como carnes rojas y lácteos por ejemplo) y otros hábitos autodestructivos, que le hagan crecer más rápido a su cáncer u otra enfermedad. Otro es el de darse la oportunidad de descubrir el sentido de la vida y hacer todo que esté a su alcance, activamente y no sólo como pasivo receptor de drogas quimioterápicas o rayos, para curarse o controlar su enfermedad por muchos años, para poder hacer lo trascendente que no hizo hasta ahora, por habérsela pasado entretenido corriendo detrás de trivialidades superficiales (fama, dinero, poder, prestigio o placeres enfermizos).

Ahora bien: si la persona decide que quiere curarse y realmente es sincera y esto no es sólo una mentira que expresa para dejar conforme a la familia o una forma de autoengaño, deberá no sólo tener razones válidas propias para seguir vivo, como veremos en el próximo punto, sino también superar además del estrés, el miedo y la desesperación, ya que estas son hermanos gemelos del estrés en cuanto a su efecto sobre la generación de cáncer y otras enfermedades, debido a que también implican altos niveles de adrenalina y corticoides, de gran acción inmuno depresora.

Sin embargo aunque esto parezca un camino de difícil salida, no lo es tal ya que el método que hemos desarrollado es uno de los más rápidos, efectivos y económicos que se hubieran publicado a nivel científico, para la superación del estrés, los miedos y la desesperación (incluso ataques de pánico y fobias), a través de un abordaje holístico que ayuda a corregir todas las causas de raíz. Pero requiere cuatro condiciones básicas y una quinta que engloba y trasciende a todas ellas que son: convicción, voluntad, disciplina y perseverancia, siendo la quinta y más importante, el Amor (por sí mismo, por el prójimo y por la vida).

Convicción significa estar convencido y para ello basta con recibir toda información seria y coherente que avala la propuesta, despojándose de un escepticismo negador y cegador.

Voluntad, disciplina y perseverancia para hacer todos los cambios que hubiera que hacer, tanto de hábitos como de actitudes y para poner en práctica todas las herramientas que se requieran para lograr la más plena salud posible y luego, para mantenerla.

Amor por sí mismo y por la vida como motor que genere las acciones positivas y por el prójimo para lograr, al curarse o controlar la enfermedad por muchos años, convertirse en un sano y feliz ejemplo para todos, sin ser una carga para nadie, ni un motivo de tristeza por la pérdida que les representaría esta eventual desaparición.


Fuente: http://www.holisticamente.com.ar/factores.htm

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